9/4/09

UNNOBA: Debate sobre alfonsinismo

Tamarit y la Franja quieren que vayamos tras el fantasma de Alfonsin¡Ni “dialogo” ni “consenso” con los políticos patronales!
¡Pongamos en pie un gran Frente de la Izquierda y los Trabajadores, anticapitalista y socialista!

En los últimos días se ha ido tejiendo una gran campaña política y mediática alrededor de la muerte de Raúl Alfonsín, donde se presenta al “padre de la democracia” como una persona que nos enseñó sobre “el dialogo y el consenso”. Campaña que une a gran parte de la oposición radical, las cámaras empresarias, la “mesa de enlace” de los patrones agrarios, los grandes medios de comunicación, y hasta al propio kirchnerismo. Y las autoridades de la UNNOBA y la Franja Morada no podían quedar afuera.

La campaña en la UNNOBA
El rector Guillermo Tamarit, que se define como un “militante entusiasta” y “protagonista” del proyecto alfonsinista, nos dice que el “gran triunfo de Raúl Alfonsín” fue la “prédica permanente, de la defensa de la paz, el diálogo, de buscar los denominadores comunes que constituyen la fortaleza de una nación…”, y el principal dirigente local de la Franja Morada, Lucas Mourlaas, nos repite casi calcado que “Algo que dejo en claro (Alfonsín), fue que el dialogo y el consenso son elementos fundamentales para un país que de la mano de la democracia busca la paz social”, a la vez que firma una solicitada junto al intendente cobista Mario Meoni donde reivindica “la titánica tarea” del ex-presidente fallecido para “construir una sociedad tolerante…”. Y cosas por el estilo repiten en las aulas los docentes acólitos de Tamarit. A la vez, aprovechan para lanzar su campaña electoral en la UNNOBA.

Alfonsin y el régimen de “el dialogo y el consenso”
Pero veamos que significaron en la práctica los “grandes meritos” que reivindican del “legado” de Alfonsín: Como parte de la UCR, un partido que “consensuó” el golpe militar y le aportó miles de funcionarios a la dictadura, prometió juzgar a los milicos genocidas pero terminó “consensuando” las leyes de impunidad. Luego prometió “no pagar la deuda externa con el hambre del pueblo” pero terminó “consensuando” con el FMI, el imperialismo y los grandes capitalistas no solo el pago de esa deuda fraudulenta sino también los planes de ajuste, la “economía de guerra” contra el bolsillo trabajador y los primeros intentos privatizadores. Y cuando esos mismos capitalistas dieron el “golpe hiperinflacionario” del ‘89, prefirió asesinar a 14 personas de los miles que se revelaban por hambre y entregar el poder a Carlos Menem, al cual después, por cierto, ayudó en su reelección “consensuando” el “Pacto de Olivos” y la reforma constitucional del ‘94. Y cuando el menemismo se desvanecía, fue parte del armado de la Alianza que llevó al poder a Fernando De La Rua, que a la vez “consensuó” la vuelta de Domingo Caballo y “toleró” la continuidad de la política menemista. Y cuando De La Rua tuvo que huir en helicóptero de la revuelta popular, Alfonsin volvió a dar muestras de “vocación de dialogo” y “consensuó” con el PJ la asunción de Duhalde y la devaluación para hacer pagar la crisis económica a los trabajadores, abriéndole paso al kirchnerismo.
Esta fue la “titánica tarea” de “Don Raul”, que recorre la historia de los últimos 25 años y pinta de cuerpo entero al régimen del cual fue “el padre”: una democracia para ricos, que no solo continuó la política de la dictadura, sino que a través del “dialogo y el consenso” entre los distintos sectores capitalistas y la falacia de la “unidad nacional” hizo pagar cada una de sus crisis al pueblo trabajador.
Reivindicar eso hoy, ante una crisis económica internacional que se agudiza día a día y el agotamiento del gobierno de los Kirchner, es querer instalar la idea de que seamos nuevamente los trabajadores y el pueblo los que paguemos los platos rotos.

"De la mano de Julio Cobos..."
Pero, además, Tamarit, la Franja y Cia., se ilusionan con un renacimiento del radicalismo, tras la figura de Cobos, de cara a las próximas elecciones legislativas. Y más allá de que lo logren o no, el objetivo inmediato de esta campaña es arrastrar al estudiantado tras el programa de la devaluación, de los ajustes a la salud y la educación, de los tarifazos, de la baja de las retenciones e impuestos para los capitalistas del agro y la industria, de la “mano dura” contra los pobres y de la entrega del patrimonio nacional al FMI y el imperialismo. Es decir, un programa tan antipopular como el de los Kirchner.

Y en la Universidad…
Por otra parte, Tamarit nos dice que el merito del alfonsinismo “En el caso particular de las Universidades Públicas”, es “la restitución de la autonomía universitaria y la reorganización de las mismas a partir de los postulados de la reforma universitaria de 1918”. Esto, por supuesto, no existe. Pero en el espíritu de “dialogo” de esta gente quiere decir que la “autonomía universitaria” debió ser “consensuada” con las grandes empresas capitalistas que terminaron digitando los planes de estudio, degradaron la “calidad académica” y trasformaron las universidades en “agencias” de mano de obra barata; a la vez que “los postulados reformistas del ‘18” debieron ser “consensuados” con la nueva camarilla profesoral (de la que él forma parte) y la “democracia universitaria” quedó en un “co-gobierno” donde los estudiantes estamos en minoría y un puñadito de personas deciden todo entre cuatro paredes, como vimos recientemente en la reforma del Estatuto de la UNNOBA. Lo que no nos queda duda es que Tamarit, y la Franja a su rastra, sobre esa “plataforma” elaboran sus “ideas de hacia donde debe ir la educación superior”. Porque la democracia para ricos del papá Alfonsín, tiene su correlato en una universidad también para ricos, cada vez más elitista y cerrada a los hijos de los trabajadores y los sectores populares, cada vez más alejada de los intereses del pueblo trabajador.

¿El legado de Alfonsin o del Manifiesto Comunista?
Irritado, Lucas Mourlaas escribió a nuestro blog en defensa del “legado alfonsinista”, como citamos más arriba. Pero se animó a ir un poco más allá y agregó: “La violencia debe dejarse guardada para la novela del manifiesto comunista, pero no en un país que esta cansado de derramar sangre, hablemos de educación, inclusión social, no de lucha de clases!”. Ya hablamos sobre como el postulado alfonsinista de que “con la democracia se come, se cura y se educa” resultó ser utópico. Pero el ataque al Manifiesto Comunista, donde los jóvenes revolucionarios Carlos Marx y Federico Engels postularon científicamente que “la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases”, no del “consenso” o el “dialogo”, no es casual. Mourlaas, al igual que Tamarit, la Franja y otros escribas a sueldo, hace tiempo que se apuraron a dar por refutado ese postulado hablando del fin de la historia, de las ideologías, del marxismo, de la lucha de clases y de la propia clase obrera, y predicaron que no quedaba otra que arrodillarse ante el “triunfante capitalismo”, la “libre empresa” y la democracia para ricos. Pero la actual crisis histórica del capitalismo les da un cachetazo inesperado a la vez que muestra más actual que nunca las ideas vertidas en ese “Manifiesto” escrito en 1847. De ahí su nerviosismo: como ya empiezan a mostrar los ejemplo de Francia o Grecia, la crisis reavivará la lucha de clases y para los estudiantes estará nuevamente planteado retomar el camino del Mayo Francés o el Cordobazo argentino en los 70s, donde obreros y estudiantes se unieron para enfrentar al capitalismo y luchar por un régimen verdaderamente democrático sin explotadores ni explotados, camino que la Franja desde su “gloriosa época alfonsinista” intentó borrar.

Por un Frente de la izquierda y los trabajadores, anticapitalista y socialista
Mientras rechazamos de plano esta campaña por el “dialogo y el consenso” con la democracia y la universidad para ricos, levantamos un programa para defender la educación pública y gratuita, democratizar realmente la universidad consiguiendo la mayoría estudiantil y poner los conocimientos al servicio de los intereses de los trabajadores y el pueblo. Hay que refundar el movimiento estudiantil para que sea independiente del gobierno K y de las distintas variantes capitalistas de los Cobos, Carrió o Solá. Y hay que recuperar los centros y federaciones estudiantiles terminando con la herencia de la Franja para que pasen a ser organizaciones de lucha que permitan unirnos con los trabajadores y el pueblo, levantando juntos un programa para que la crisis la paguen los capitalistas.Y en lo inmediato, mientras la Franja y Tamarit quieren que votemos a Cobos o al engendro radical que surja tras el fantasma de Alfonsin, nosotros desde Tesis XI decimos que hay que hacer todos los esfuerzos para poner en pie un gran Frente de la Izquierda y los Trabajadores, que apoye las luchas en curso de la clase obrera y el pueblo contra la crisis y que plantee una salida de fondo realmente anticapitalista, es decir, una salida socialista en el espíritu del “viejo” Manifiesto Comunista.

Agrupación Universitaria

Tesis XI

(En clave ROJA-PTS e independientes)

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