Este fin de año encuentra al movimiento estudiantil frente a grandes desafíos. Por un lado, estamos enfrentando al antidemocrático y reaccionario régimen universitario que está llevando adelante las elecciones de decanos y consejeros superiores y busca realizar entre sidra y pan dulce la Asamblea Universitaria. Su único objetivo es elegir rector para seguir garantizando una UBA ligada a los intereses capitalistas por medio de convenios y pasantías. Por otro lado, la huelga de los trabajadores no docentes de Sociales pone de manifiesto una vez más la miseria presupuestaria, que también se ve en los salarios docentes o en la crisis edilicia. En tercer lugar, la emergencia del movimiento obrero en la escena nacional, con Kraft y el subte a la cabeza, ha marcado el resurgir de la fuerza de la clase trabajadora frente a la crisis de los de arriba, y el retorno de la unidad obrero-estudiantil que se ha manifestado en las calles en el apoyo a estas luchas. Todos estos desafíos exigen, hoy más que nunca, construir una FUBA y centros de estudiantes militantes que estén a la altura de los desafíos.
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